Dentro de la escultura de Mayapán son los
incensarios llamados Chen Mul Modelado una de las expresiones artísticas que más llaman la atención. Además, como en el resto de las artes del sitio, vemos que presentan múltiples influencias externas. Por una parte, como ocurre en los estucos, se representan ciertas deidades del
Centro de México. Por otra parte, comparten elementos iconográficos con códices
mayas y murales de lugares como Quintana Roo o Belice.
En cuanto a la introducción del culto relacionado con estos incensarios
en Mayapán, existen discrepancias entre los autores. Los arqueólogos de la
Institución Carnegie de Washington sitúan su comienzo en torno al año 1300 d.C.
por obra de los Cocom o de sus
aliados centro-mexicanos Canul; pero
otros autores adelantan su uso hasta el año 1200 d.C.
inspirado por la cerámica Tohil Plomizo. De hecho, a la luz de la gran cantidad
de incensarios que se han encontrado en Mayapán y de la intensa diversidad
iconográfica que presentan, se piensa que el culto relacionado con ellos pudo
nacer aquí y ser posteriormente copiado por otras ciudades de Yucatán, Quintana
Roo, Belice e incluso Guatemala –Zacpetén y Topoxte–.
Uno de los ejemplos
mejor conservados es El Escribano de Mayapán, un incensario
casi intacto encontrado en los alrededores del Templo del Crematorio.
Este incensario, que también
es denominado El Escribano de los Dioses,
es muy interesante por su tan compleja iconografía. Aunque las divinidades
habitualmente representadas son el dios de la Lluvia Chaac, el de la Sabiduría Itzamná,
el del Cacao Ek Chuah, el de la
Muerte, el del Maíz, los dioses de los Comerciantes y
otros dioses del Centro de México como Tlahuizcalpantecuhtli, Tlazolteotl y Xipe Totec -posiblemente importados por los Canul o procedentes de intercambios
comerciales-,
en este caso en particular el dios representado viene de la tradición maya del
Período Clásico y se trata del Escribano hombre-mono, el dios de las Artes y de
la Escritura, que está vinculado al mono saraguato
o aullador, un simio que tiene el pulgar oponible, lo que le da mayor destreza
manual, y que se identifica con Venus.
En cuanto a las
características formales del incensario, se observa que mide unos 50 cm de alto -ya que los
incensarios Chen Mul Modelado de
Mayapán son más grandes que los encontrados en otras zonas mesoamericanas-
y que aparece portando, en su mano izquierda, una caracola que serviría como
recipiente para tinta y, en su mano derecha, un pincel. Destaca también que la
mano derecha del personaje sale de la boca de una serpiente que forma su
antebrazo, lo que cuadraría con el hecho de que la serpiente emplumada en el
Centro de México también era una divinidad de la escritura.
Asimismo, este
incensario conserva gran parte de la policromía original,
pudiéndose contemplar así unas volutas blancas alrededor de los ojos, característica
propia de deidades del Período Posclásico; una voluta amarilla curvada hacia el
extremo de la nariz, símbolo sobrenatural de deidades de códices posclásicos;
labios y párpados amarillos, ojos con el iris oscuro y las pupilas blancas; nariz,
dientes y hombros blancos, la serpiente del antebrazo verde con labios rojos y
las extremidades de color azul Mayapán. De hecho, si observamos al personaje de
perfil, podremos fijarnos en que presenta rasgos caninos similares a los de dioses
del Período Clásico como el Zorro o el Perro, que eran aprendices de escriba.
Por último, cabe destacar
que el tocado del personaje también permite relacionarlo con otros dioses de la
escritura y darle incluso un significado calendárico. Esto se debe a la
presencia de una hilera de flores blancas con sépalos amarillos que recuerdan a
la flor del lirio acuático y se encuentran coronadas por dos flores rojas
entrelazadas, de las que queda una. Las flores del lirio acuático constituyen
un tocado compartido con el dios Itzamná,
mientras que el tocado completo es una variante del Período Clásico de la
representación del número 13, consistente en una serpiente que sale del agua
con un lirio acuático en su cabeza.

La policromía está casi intacta! Me han llamado la atención las secuencias numéricas, ¿se sabe si su orden responde a algún significado? Muy interesante artículo David!
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